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Masculinidades y Ciclos Vitales

 

Masculinidades y Ciclos Vitales

 

 

Diplomatura en Masculinidades y Cambio Social

(FSOC-UBA)

 

El presente trabajo corresponde a la reseña presentada en el marco de la Diplomatura en Masculinidades y Cambio Social, basado en el Módulo Masculinidades y Salud Mental, dictada por la Facultad de Ciencias Sociales, UBA (2023)

 

Continuando en la línea de la primera reseña, en la que abordé un paralelismo entre la construcción de la personalidad y la construcción de las masculinidades desde mi campo de Consultor Psicológico, me basaré para este trabajo en el Módulo 6: Masculinidades y Salud Mental. Para ello me voy a referir a como atraviesan los varones las crisis originadas en los distintos Ciclos Vitales, específicamente en la etapa de Adultez, y como la construcción del género puede influir en agravar estas crisis, al tiempo que plantearé preguntas sobre el rol de los y las terapeutas y las psicoterapias.

Comenzaré con una breve descripción de los Ciclos Vitales, según Mirta Fregtman (2011) diciendo que es la rama de la psicología que estudia los cambios en el comportamiento humano a lo largo de los diferentes ciclos o etapas por las que transcurre la vida de una persona. Cuando hablamos de cambios, es importante señalar que cada cambio conlleva una crisis, a la que se la conoce como Crisis Evolutiva. En cuanto a los ciclos, se los divide en: Niñez, Adolescencia, Adultez y Vejez. A su vez cada uno de estos ciclos contienen subetapas. Por una cuestión de espacio, voy a referirme a la Adultez en su subetapa de Adultez Media, que abarca aproximadamente de los 40 a 65 años. Es importante aclarar que todo lo expuesto puede aplicar también, con sus matices, a las distintas etapas de los Ciclos Vitales.

El estudio de los Ciclos Vitales y sus crisis, si bien toma a la persona como un todo integrando lo bio-psico-socio-espiritual, como tantas otras disciplinas y estudios no hace distinción entre los géneros más allá de lo biológico. Burin-Meler (2000) citando a varios autores que han estudiado esta problemática hacen referencia a la influencia del género en la salud mental: “Entre los argentinos que han estudiado esta problemática se cuentan Bonino Méndez (1990, 1992, 1995, 1998), Inda (1996), Voinovich (1996, 1999) y varios más que desde distintas perspectivas psicológicas han tomado la condición de género masculina en términos opresivos para la construcción de su salud mental”. Con lo cual podemos comenzar a pensar que, para obtener una mirada ecológica más completa sobre la salud mental de los varones, resulta necesario incluir la condición de género. En el mismo sentido, haciendo referencia a los cambios y exigencias a las que se ven sometidos los varones y como influyen en su psiquis, Facundo Blestcher (2012) va a decir: “Los cambios que hemos indicado someten a los varones a vacilaciones en sus identificaciones y producen fluctuaciones en el sentimiento de estima de sí mismo que pueden derivar en episodios depresivos debidos a la imposibilidad de sostener el ideal de género y las representaciones-metas a las que se asocia”.

Volviendo a las características de esta etapa, durante la crisis de la mediana edad se produce una reorganización de la identidad, que se la conoce también como la “segunda adolescencia”. Los cambios tienen que ver entre otras cosas, con la redefinición de la imagen corporal, de las relaciones con los padres, pareja e hijos, y las relacionadas con su propia sexualidad.

Si tomamos cada una de estas redefiniciones que se plantean, podremos notar que las cuestiones de género van a influir en la resolución de las crisis. En la imagen corporal, por ejemplo, los cambios descriptos en esta etapa son comunes a todas las personas más allá del género con el que se auto perciban: duelo por el cuerpo joven, merma en la fuerza física y en la capacidad de reacción, disminuciones visuales y auditivas, cambio en la sexualidad, etc.; sin embargo, no es difícil imaginar cómo puede repercutir en un varón hegemónico la posibilidad de ver mermada su capacidad productiva, su deterioro corporal y su función reproductiva.

También es común encontrar ejemplos de profundas crisis por la pérdida de trabajo en esta etapa de la vida. Ahora bien, teniendo en cuenta los roles adjudicados culturalmente a cada género y que aún se encuentran vigentes en gran medida: ¿Esta pérdida repercute de la misma manera en  un varón proveedor que en una mujer? La masculinidad “agrava” lo que ya de por sí puede generar un malestar, como la falta de empleo, por ejemplo. Algunos estudios describen cómo asumir el rol de proveedor principal a nivel familiar podría tener un efecto negativo sobre la salud mental en caso de tener que enfrentar una situación de pérdida de empleo (Marcos-Marcos et al., 2020).

En cuanto a las crisis vinculadas a la sexualidad, es en el único campo en que las diferencias entre géneros son más marcadas, y esto se debe a obvias razones biológicas. Pero es importante destacar que las consecuencias psíquicas pueden llegar a ser muy diferentes. Lo que para un varón puede significar la merma de su “potencia” sexual, tanto en lo físico como en la frecuencia, sobre todo en el marco de una cultura coito centrista, será muy diferente a lo percibido por las mujeres. La menopausia, que puede ir acompañada de una crisis evolutiva, es tomada históricamente como un proceso natural, en cambio la andropausia no tiene demasiado espacio en nuestra cultura, llegando a ser incluso un término desconocido por gran parte de los varones.

Otra característica de la crisis de la mediana edad es la del temor a ser superado por los hijos, lo que se denomina “perdida de rol”. Si bien no se hace referencia a los géneros podemos intuirla como una crisis que afecta a los hombres de distinta manera, al verse ante la posibilidad de perder su lugar y autoridad de patriarca frente a sus hijos, sobre todo si éstos son varones. 

Todas estas apreciaciones no pretenden restar importancia a las crisis atravesadas por las mujeres, sino todo lo contrario, la idea es sacar a la luz las crisis que los varones atraviesan y que por su misma construcción de la masculinidad hegemónica son reprimidas.

Ante esto, podríamos decir entonces que los Ciclos Vitales y la escucha terapéutica durante las crisis, se ven problematizadas por el factor género. Por ello es necesario traer la pregunta sobre el rol de los y las terapeutas y de las distintas psicoterapias. Preguntas que también formularon Burin y Meler (2000) ¿Es necesaria una formación también específica para atender el malestar de los varones? En caso afirmativo, ¿en qué consistiría? ¿Quiénes deberían llevar a cabo la atención del malestar de los varones? Una primera respuesta rápida me lleva a pensar que en principio es importante poder colocarse empáticamente dentro del marco de referencia interno de los varones, teniendo en cuenta la etapa vital por la que atraviesan y relacionarla con la construcción subjetiva de su género.

Es necesario entonces que los y las terapeutas incorporen la perspectiva de género, ya sea desde su formación, o bien incorporando recursos de manera individual. Proponer psicoterapias que incorporen intervenciones que se aparten de las ideas comunes a todos los géneros, entendiendo la singularidad de cada uno. En el caso de los varones sería acompañándolos a alcanzar el equilibrio y madurez psíquica, abriendo nuevos interrogantes que permitan la posibilidad de habitar una nueva masculinidad. De esta manera, las crisis evolutivas que se atraviesan durante los distintos ciclos vitales podrán ser abordadas desde una perspectiva “bio-psico-socio-genérico-espiritual”

 

 

-          Fregtman, M. (2011) “¿Qué se entiende por psicología de los ciclos vitales?” UBA. Facultad de Psicología

-          Burin, M – Meler I. (2000) “Varones, géneros y subjetividad masculina”, Ed. Paidós, Buenos Aires

-          Blestcher, F (2012) “Masculinidad, narcisismo y depresión: los modos actuales de un malestar invisibilizado”, XVII Foro Internacional de Psicoanálisis, México DF

-          Marcos-Marcos, J.; Mateos, J.T.; Gasch-Gallén, À. y Álvarez-Dardet, C. (2020) “El estudio de la salud de los hombres desde una perspectiva de género: de dónde venimos, hacia dónde

Vamos”, Salud Colectiva, vol 16. Disponible en:

http://revistas.unla.edu.ar/saludcolectiva/article/view/2246/1575

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